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viernes, 19 de julio de 2013

Hiperplasia Prostática Benigna (HPB)

A todo hombre al llegar a más de los 65 años le llega una de las etapas quizá más difíciles de la vida. Ya que pasando esta esta edad la incidencia de cáncer de próstata es de aproximadamente de un 80% del total de la población. Tiene una alta relación con las secreciones altas de la hormona testosterona, lo cual aumenta también el cáncer de ovario, útero y mama.

La próstata es un órgano pequeño aproximadamente del tamaño de una castaña, que se encuentra entre la vejiga y el recto y cumple su papel principal a la hora de producir el semen el cual se combina con los espermatozoides, así también como para generar una fuerza a la hora de la micción. Al momento de nacer es pequeña, pero conforme va creciendo el individuo se llega a duplicar su tamaño en la pubertad y más aún en la segunda mitad de la vida.

Hablando un poco de Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) podemos mencionar que es un crecimiento del tamaño de la próstata, que no es maligno y que se da por una sobreproducción de testosterona. Dicho crecimiento se da en un 70% en las regiones periférica y posterior de dicho órgano.

Sus causas no están al 100% aseguradas, según estudios entre los factores que influyen están: ITS, tabaquismo, sedentarismo, alto consumo de grasas saturadas. Un caso que llama la atención es que a los hombres que se les extirpan los testículos a temprana edad como consecuencia de un cáncer testicular no llegan a desarrollar HPB.

Entre los síntomas están:

-       Goteo al final de la micción
-       Incapacidad para orinar a veces con dolor.
-       Vaciado incompleto de la vejiga
-       Incontinencia
-       Nicturia
-       Orinar con sangre 
-       Hacer fuerza al orinar
-       Chorro de orina débil
-       Presencia de sangre en el semen.

Entre los métodos diagnósticos para detectar la HPB podemos mencionar varios, pero el más confiable y que nunca pasara de moda es el tacto rectal. En nuestra sociedad genera demasiada controversia debido al machismo que se maneja, por lo cual muchos hombre por el miedo o falta de información deciden no hacer el examen de rutina y consultan hasta que se presenta el dolor. Cabe resaltar que en un alto porcentaje la HPB es asintomática. Entre otros métodos diagnósticos están: ecografía, citoscopia, un Antígeno Prostático Específico (PSA), ultrasonido y una biopsia rectal (esta puede generar complicaciones a la hora de presentarse una infección secundaria a).

Cirugía

Esta opción ofrece la mejor opción para mejorar los síntomas pero también conlleva el mayor riesgo de sufrir complicaciones. Hay varios tipos de procedimientos quirúrgicos:

-          La resección transuretral de la próstata. 
-          Incisión transuretral de la próstata
-          Termoterapia transuretral con microondas. 
-          Ablación con aguja transuretral de la próstata. 
-          Prostatectomía transuretral ecoguiada inducida por láser 
-          Cirugía abierta suprapúbica o infrapúbica.

Entre el tratamiento farmacológico incluye los medicamentos llamados bloqueadores alfa ayudan a relajar los músculos en la base de la vejiga y aumentan la capacidad del hombre para orinar. La parte negativa es que los bloqueadores alfa pueden provocar mareos, fatiga o hipotensión, estudios recientes sugieren que una dosis de bloqueadores alfa y bloqueadores de testosterona pueden dar resultados positivos.


viernes, 12 de julio de 2013

TERAPIA GENICA:

Desde la antigüedad se ha buscado muchas maneras de acercarse a la enfermedad, comprenderla, tratarla y curarla. Hay diferentes maneras, tanto medicina preventiva, como curativa. Desde la época precolombina se buscaron diferentes maneras para mejorar la calidad de vida de las personas utilizando diferentes métodos.  

Tras el descubrimiento de la estructura del DNA por Watson y Crick, en los años 70 se desarrolló la tecnología del DNA recombinante, que dio lugar a unos conocimientos básicos y unas herramientas que permitían transferir genes al interior de las células logrando avances significativos en la calidad de vida de las personas.

La terapia génica se ha desarrollado como un método de acercamiento al tratamiento de las enfermedades humanas basado en la transferencia de material genético a las células de un individuo. Habitualmente la finalidad de esta transferencia de material genético es restablecer una función celular que estaba abolida o defectuosa, introducir una nueva función o bien interferir con una función existente. Así, las distintas estrategias de la terapia génica se basan en la combinación de tres elementos clave, el material genético a transferir, el método de transferencia y el tipo celular que incorporará dicho material genético. Inicialmente la atención se centró en el tratamiento de las enfermedades hereditarias monogénicas, pero posteriormente la mayor parte de los ensayos clínicos han abordado el tratamiento del cáncer.

La técnica todavía está en desarrollo, motivo por el cual su aplicación se lleva principalmente a cabo dentro de ensayos clínicos controlados, y para el tratamiento de enfermedades severas o bien de tipo hereditario o adquirido.

Entre los criterios para elegir este tipo de terapia se encuentran:
·         Enfermedad letal sin tratamiento.
·         La causa sea un único gen que esté ya clonado.
·         La regulación del gen sea precisa y conocida.
·         La técnica asociada a su introducción y expresión esté ya resuelta.

ENTRE LAS ENFERMEDADES QUE PUEDEN SER TRATADAS ESTAN:
ENFERMEDADES MONOGÉNICAS:
Existen múltiples enfermedades hereditarias que son resultado de la mutación de un único gen. Aunque de forma individual se consideran rarezas, en conjunto constituyen una parte considerable de las enfermedades crónicas.

ENFERMEDADES MULTIGÉNICAS:
En enfermedades más comunes como son la aterosclerosis o la diabetes están implicadas varias alteraciones genéticas, de tal forma que la introducción de genes específicos podría revertir o retardar el proceso de la enfermedad actuando a nivel celular.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS:
Una gran variedad de enfermedades infecciosas crónicas son susceptibles de tratamiento con terapia génica, aunque la atención en el momento actual se centra en la infección por VIH

ENFERMEDADES METABÓLICAS:
La mayoría de las enfermedades hepáticas metabólicas son resultado de trastornos hereditarios monogénicos.

HEPATITIS VIRALES:
En el tratamiento de las infecciones por los virus de la hepatitis B y C la terapia génica ha sido usada para mejorar la actividad regional de distintas citoquinas. Por otro lado, la transferencia génica puede hacer que las células sean resistentes a la infección viral bloqueando el ciclo vital del virus en distintos puntos.

TUMORES MALIGNOS:
La estrategia más atractiva de la terapia génica h sido inicialmente para tratar el cáncer, pero probablemente la más difícil de llevar a cabo, es dar con las alteraciones genéticas clave de las células malignas y corregirlas.

La terapia génica humana es factible y puede ser útil, pero las herramientas necesitan ser perfeccionadas para que pueda llegar a formar parte del arsenal terapéutico habitual.

Dejo unos links con más información sobre la terapia génica:




viernes, 5 de julio de 2013

FRACTURAS LE FORT:

Actualmente estamos expuesto a todo tipo de accidentes, y como resultado de ellos son las fracturas, y estas se definen como la perdida de continuidad de un hueso, a causa de un traumatismo, que generalmente provoca dolor.

Siendo el cráneo una de las zonas más importantes del cuerpo humano y quizá la más compleja, puede sufrir de todo tipo de fracturas, como lo son en estallido y las fracturas Le Fort. Las cuales tienen su clasificación basada en el sistema propuesto por el Médico francés Renee Le Fort, en el año de 1,901.

En la epidemiología de estas fracturas podemos observar que el 80% se da a causa de accidentes automovilísticos, el otro 20% debido a asaltos, armas de fuego, y accidentes en el hogar, teniendo una relación de hombres y mujeres de 3:1.  Pueden ser transversale afectando a ambos senos maxilares, lo cual dificulta más su recuperación.

Su clasificación es la siguiente:

Le Fort I - Fractura transversal que separa los alvéolos de las piezas dentales superiores de la porción superior del maxilar superior. Afecta el seno maxilar, el septum nasal, hueso palatino y la apófisis pterigoides del esfenoides.

Le Fort II - La fractura se extiende a través de las paredes medial y lateral del seno maxilar y a través de los huesos nasales resultando en un fragmento de fractura en forma de pirámide.

Le Fort III - Los huesos faciales de la base están completamente separados  del cráneo (disyunción craneofacial). Las fracturas pasan a través de las paredes medial y lateral de las órbitas y por el arco cigomático. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides a un nivel supeior.

Entre las ayudas que nos pueden brindar  información para un mejor diagnóstico están la Tomografía Axial Computarizada, la Radiografía, la Resonancia magnética y la Arteriografía (para detectar si hay hemorragias internas).


El tratamiento a la hora de toparnos con una de estas fracturas es asegurar la respiración y controlar la hemorragis. Y el tratamiento quirúrgico una reconstrucción anatómica y funcional.